jueves, 1 de septiembre de 2011

CARPATOS

Cuando fuimos al Caúcaso, todo el mundo me decía: 'Ah, vas a ver al Conde Drácula, ¿no?'. Curiosamente, esto no ocurre cuando visitamos la tierra del bueno de Vlad Tepes, Transilvania y los Cárpatos. Sea como sea, y se mire como se mire, el parecido entre los Cárpatos y el Caúcaso es nulo.


Ni por la gente, la cultura, el paisaje... y por supuesto, las Montañas. Su formación es coetánea y de un origen común a la de los Alpes, y abarca a 6 estados: Hungría, Eslovaquia, Republica Checa, Polonia, Ucrania y Rumania, siendo este último el país de los Cárpatos por excelencia. 


Cuando se observa un mapa de Rumanía, sorprende la forma que toma la cadena montañosa, ya que se repliega sobre sí misma formando un arco que encierra la meseta Transilvana. Y cuando observamos los Cárpatos desde el terreno, lo primero que nos sorprende son las enormes extensiones de bosque atlántico que pueblan sus laderas, de forma casi ininterrumpida. Sin duda, un buen país para los osos. 

Durante Agosto de 2011 tuvimos la oportunidad de visitar el país, disfrutando de su escaso turismo, sorprendente arte y, como no, de sus bonitos montes.


LOS MONTES RODNEI: ASCENSIÓN AL PICO PIETROSUL

El pico Pietrosul (2.303 m) es el más alto de las montañas Rodnei, situadas en Maramures. Situado entre el Tatras y las montañas Bucegi, forma parte del cierre norte del arco que conforman los Cárpatos.



La ascensión comienza en la ciudad de Borsa. Podemos elegir entre dejar el coche junto al hospital, o bien aprovechar la calle que sale a su izquierda y que remota la ladera (marcas blancas y azules). Nosotros hicimos esto último, y aparcamos nuestro flamante Dacia a unos 820 m. Se puede apurar más... pero realmente no merece la pena. Continuamos la pista, permaneciendo atentos a las marcas, las cuales no dejaremos hasta la cumbre. Se atraviesan unos apetitOSOS campos de arándanos, que gustan tanto a los humanos como a los plantígrados. No es raro encontrar osos por la zona, pero, según leimos y nos comentaron algunos montañeros Rumanos, no se meten con nadie... casi nunca. Si se va haciendo ruido, normalmente no serán vistos. La pista continúa por terreno arbolado, hasta llegar a una estación meteorológica a unos 1.760 m. 
 
Allí finaliza la pista, y es un lugar donde puede acamparse, caso de que se quiera estar más días por la montaña. Hasta aquí tardamos unas 2 horas. Poco más adelante, se cierra el valle en un bonito lago (Lacul Iezer). En esta zona, muy 'avalanchosa', murieron 15 Húngaros en 1944. Tras superar el lago, el camino trepa vertiginosamente por la ladera Norte del pico. No hay pérdida, solo hay que limitarse a seguir las zetas y aguantar la subida con toda la dignidad que se pueda.
Llegados a un collado (unos 2.280 m), sólo hay que continuar hacia la derecha para dar con la cumbre en pocos minutos. Unos hierros roñosos que aparentan fueron barandilla nos conducen a la cabañita (en ruinas) de la cima. En total, empleamos en 3h 15 m es ascender los 1500 m de desnivel acumulados. Fuimos a bastante buen ritmo, las reseñas marcan unas 6 horas. Creo que 4 horas (sin nieve) es un tiempo realista.
Arriba coincidimos con un caminante solitario que llevaba 11 días por las montañas de Maramures, dos Polacos y un grupo Rumano con el que coincidimos en la subida. El material que portan es al más puro estilo 'Gazela sport'. Los que llevan saliendo al monte 25 años sabrán el significado de esto.
A la bajada, nos mojamos (por fuera) y en Borsa nos mojamos (por dentro y con Ursus).