martes, 11 de abril de 2017

TROMSO, ESQUÍ NORDICO A NIVEL DEL MAR

Si pudiera calcularse el tiempo que un ciudadano de Tromso pasa luchando contra la nieve, probablemente descartaríamos vivir allí

Con las primeras nevadas, sacan de sus desvanes los diferentes tipos de artefactos que han guardado pocos meses atrás: palas-carretilla, mini quitanieves, cepillos varios para retirar la nieve del coche. Y comienzan a amontonar la nieve que ha caído en su propiedad al lado de su propiedad, formando enormes montañas.





Más o menos por las mismas fechas, encenderán todas luces de la casa y, así, hasta la primavera. Porque la vida en los pueblos árticos es una lucha constante contra la nieve y la oscuridad. O contra el invierno, que viene a ser lo mismo.



Sin embargo, ese mismo clima perro que les amarga cada vez que salen a la calle, les proporciona un regalo que el resto de los mortales no podemos disfrutar. Nieve, durante meses, y a nivel del mar.

Para los que somos de latitudes más meridionales, resultan muy extrañas estas montañas.



Si limitamos el paisaje del horizonte hacia arriba, veremos un entorno familiar: picos escarpados cubiertos de nieve, bosques en sus faldas… sin embargo, al bajar algo la vista, nos encontraremos con un aspecto absolutamente fuera de lugar para nuestra mentalidad mediterránea: El mar. Quizás sea ese uno de los mayores atractivos, o al menos, una extravagancia de estas latitudes. Podemos salir con nuestros equis desde la playa.

Mentalidad Noruega y esquí de fondo.



Para los nórdicos, el esquí de fondo no es una afición. Es un derecho fundamental. Y esa consideración marca las pautas de cómo se plantea su práctica. Al igual que ocurre en otros países del entorno, no existen “estaciones de esquí nórdico”. Cada pueblo traza y mantiene las suyas, para que todo el mundo pueda disfrutarlas.


Dependiendo de la zona, son pisadas con más o menos asiduidad, y es un dato importante (por la cantidad de nevadas que se producen) saber cuándo pasó por última vez la máquina por un lugar determinado. No problem¡¡, en esta web podemos consultar el estado en tiempo real de las pistas, con las horas que ha transcurrido desde que se pisó por última vez e incluso dónde se encuentra el pisa nieves y si está trabajando o no.


Otra particularidad es el tratamiento que se da al estilo clásico (aquél en el que el impulso es siempre en el sentido de la marcha y los esquís van dentro de unos “railes” que genera la máquina). En nuestro entorno, es habitual comenzar con el clásico, y una vez se adquiere un cierto nivel y se desea evolucionar, continuar con el skating o patinaje. En los países nórdicos, no es necesariamente así, por lo que el nivel de clásico es espectacular.

En cuanto a la nieve, nuestra visita fue a últimos de marzo y coincidió con un frente del Sur, que trajo temperaturas bastante altas y mucha humedad. Como resultado, la nieve no era idónea, o mejor dicho, el encerado de los esquís no era el más adecuado.



Por último, comentar que gran parte de los recorridos, o al menos los más cercanos a las poblaciones, están iluminados.


Dónde esquiar en Tromso.



Antes de nada, y ligado a lo que acabo de comentar sobre el clásico, hay que decir que las pistas pueden estar adaptadas sólo para esta modalidad y no para skating. Además, las frecuentes nevadas hacen que las pistas sean poco viables para sksting una gran parte del tiempo. Por tanto, hay que mirar bien si el lugar donde vamos está trazado o no para ambos etilos, y si lo está, el tiempo que ha transcurrido entre la última pasada de la máquina y la nevada más reciente. En la web referenciada anteriormente, podemos encontrar toda esta información.


Tromsoya


La isla de Tromso propiamente dicha, dispone de una generosa red de pistas. Una de ellas, la atraviesa longitudinalmente y tiene una longitud de 10 Km. Puede optarse por ir al centro (Skistadion)


Se trata de un recorrido semi-urbano, en el que, sin embargo, nos sentiremos en mitad de la naturaleza: densos bosques, lagos y sólo ocasionalmente casas o carreteras. Como primera toma de contacto, es un lugar estupendo,

Kvaloya


Tromsoya tiene dos puentes: uno de ellos lo une con el continente, mientras que el situado más al NW lo comunica con otra isla mucho mayor: Kvaloya. Una de las zonas más populares de Tromso se encuentra justo al pasar el puente, en la montaña que se encuentra frente al aeropuerto. Lo más cómodo es dejar el coche en un complejo deportivo que se encuentra a unos 5 Km pasado el puente, dirección SW (es decir, a la izquierda desde Tromso). El lugar aparece en el mapa como "Storvolltunet", y tiene parking.


Las pistas son pisadas frecuentemente. Desde ese punto, lo más habitual es tomar la pista que, a media ladera, va en dirección al puente de Tromso. Podemos prolongar la esquiada unos 8 ó 9 Km.

Una opción más atractiva, pero que no pudimos hacer, consiste en salir de Storvolltunet en dirección Sur hasta Straumsbukta, unos 35 Km de recorrido. Esta zona no es pisada tan frecuentemente, y no sabemos si es factible para skating.

Como anécdota, comentar que tuvimos la buena (o mala) suerte de coincidir con un marathon de esquí nórdico clásico. Unos 300 participantes. Ya me gustaría controlar lo mismo que el último de los 300...


Tromsdalen



Tromsdalen es el barrio que se encuentra en la zona continental, junto al puente. En él se encuentra la Catedral Ártica.

En las cercanías del cementario, junto a “Tuil Arena” hay un parking desde el cual podemos comenzar a esquiar. El entorno es muy chulo, transcurriendo las pistas en un bonito bosque.


El día que estuve, nevaba con ganas y hacía mucho viento, lo que daba un punto de ambiente a la excursión.

Una caseta con fuego es un lugar magnífico para parar y tomar un café (sobre todo si te invitan, como fue mi caso).


Hay varios bucles, y una amplia pista que sube valle arriba y que, si hay suerte y ha sido pisada, llega muchos kilómetros hacia el interior…. Como se describirá más adelante


Travesía Tromsdalen – Snarbyeidet.


Esta travesía comieza en la zona de Tromsdalen descrita anteriormente y llega a Snarbyeidet, 35 Km al NE. Existen varios puntos intermedios donde puede acometerse. Se trata de una ruta bastante más salvaje y exigente físicamente (a juzgar por lo que vimos, porque no la llegamos a intentar). Información de detalle sobre esta travesía aquí.


Un poco de logística


Norwegian ofrece vuelos muy baratos a Oslo. De Oslo a Tromso, también fuimos con Norwegian, y el coste fue de 98€ la ida y 124€ la vuelta. Con un poco más de flexibilidad de horarios, puede obtenerse mejores precios. El primer tramo hasta Oslo, son 3h 45', y de Oslo a Tromso 2 horas más. Merece la pena situarse en la ventana, especilamente en el segundo trayecto.


El alojamiento en Tromso, al igual que todo lo demás en este país, es MUY caro. Dentro de esa máxima, hay lugar para buscarse la vida y no arruinarse. Nosotros  nos alojamos vía Airbnb, en casa de Mona. La experiencia resultó, como casi siempre en esta modalidad de alojamiento, muy grata e interesante. La casa está en Tromsdalen, a poca distancia de la catedral y es acogedora y caliente. El marido de Mona es un ballenero retirado que estará encantado de ensañaros fotos gore de su pasado de mata-cetáceos. He de decir que nunca se me pasó por la cabeza que terminaría compartiendo techo con un arponero. Hay otras opciones, como couch surfing, modalidad de la que otros viajeros nos han hablado muy bien. Una de las ventajas que tiene hospedarse haciendo servir la ‘economía colaborativa’ es que podemos cocinar. En caso de facturar una maleta, vale la pena llevar comida. Si compramos en el super, calculad que es el doble de lo que cuesta por aquí.

La opción de alquilar coche es muy conveniente. Si bien es cierto que podemos acceder a casi todas partes en Bus público, esto nos limitaría bastante en cuestión de horarios, y nos obligaría a cargar todo el día con el equipo y/o las mudas necesarias. Si además queremos ver auroras, resulta imprescindible. Hay empresas de alquiler en el aeropuerto y en la ciudad. A mayor antelación en la reserva, mejores precios. Nosotros alquilamos, sin reserva previa, un golf, y nos salió bastante caro (unos 100 € al día).


En cuanto al material, es posible alquilarlo en TROMSO OUTDOOR por unos 28€ el día (equipo completo). Pero solo material clásico, y fijaciones NO Salomon SNS. El coste de transportar los esquís es de 20 € por trayecto... Definitivamente, no merece la pena alquilar in situ.


Conclusiones.

Si sólo se busca esquiar, y el resto importa un pito, no merece la pena ir hasta Tromso. Hay lugares con tiempo más estable, mejores pistas, más largas y de precios más económicos en Finlandia (ver la entrada en este mismo blog). Sin embargo, el paisaje en Tromso es espectacular, y, como decía en la introducción, muy impactante para los de nuestras latitudes. Hay que añadir las auroras boreales y otra serie de atractivos que tiene esta zona, detallados en otro blog próximamente. Si sumamos todo ello, definitivamente SI merece la pena, y mucho.