miércoles, 30 de mayo de 2012

CAP DE SETMANA DE FERRADAS

El pasado finde hicimos un par de superclásicas entre las ferratas. Baumes corcades (en Centelles) y la Teresina, en Montserrat.

Si tuviéramos que comparar las dos ferratas, en cuanto a estilo, con la escalada 'de verdad' sería muy sencillo: La baumes corcades es deportiva: fácil y cómoda aproximación, equipada perfectamente y pasos espectaculares. El carácter, ambiente, longitud y equipamiento de la Teresina, unido a que se llega a una cima preciosa (sant Geroni, techo de Montserrat) la hace asemejarse mucho más a una escalada clásica de alpina.

BAUMES CORCADES 

La vía se divide en cuatro tramos separados por cortas pero pronunciadas caminatas. El primer tramo empieza fuerte, con tres paredes verticales, que nos suben de golpe más de 60 metros y con un par de desplomados pronunciados. 



Desde aquí ya contemplamos una magnífica vista del Montseny, de Centelles y de todo el valle surcado por el río Congost, que no perderemos en todo el recorrido.Toda la vía está bien señalizada, el camino en amarillo y la vía ferrata en rojo, pudiendo escoger en todo momento que itinerario tomar.

El segundo tramo se inicia dejando atrás una valla para el ganado. Avanzamos lateralmente hasta llegar a una indicación de puente Nepalí, donde podemos subir por la variante difícil, o continuar avanzando de frente, fácil.










La variante difícil consta de un tramo muy bonito y aéreo. Le sigue el famoso puente, que de buenas a primeras impresiona por su longitud. Pasarlo toma unos 5-10 minutos pero parecerán muchos más. El puente se mueve mucho por el efecto de nuestros pasos, lo que incrementa el miedo y la sensación de inseguridad. La llegada es un auténtico alivio. Sin embargo el puente puede ser una mala experiencia para cualquiera, excepto si eres trapecista... Luego la vía se une y continua en un paseo horizontal de 45', que recorre toda la montaña.


Aquí llegamos a una nueva bifurcación. Para abajo tomamos la Variante de la Tosquera, inaugurada el 2006, con dos opciones, una muy fácil y otra muy difícil, el Tram de l'Esperó. Si tomamos esta variante la ruta se incrementa en 25' y el recorrido aumenta en dificultad, con un par de desplomados atléticos y pasos expuestos. Si no tomamos la nueva variante, superamos un último paso vertical ascendemos hasta un llano, donde se une la nueva variante de la Tosquera, cruzamos una carretera asfaltada y después de caminar 15' llegamos a lo que era el símbolo de esta vía ferrata: La escalera. Este cuarto tramo es el más deportivo, con 3 desplomados seguidos y el paso de la escalera que nos llevará a la cima.

El descenso, siguiendo puntos amarillos, baja con alguna ligera complicación convenientemente suavizada con grapas y cuerdas.







http://deandar.com/ferratas/via-ferrata-baumes-corcades

TERESINA


Aparcamos frente la ermita de Santa Cecília y el refugio Bartomeu Puiggròs.

Cruzamos la carretera y vamos a buscar el GR-172. Dejamos un transformador a la izquierda y subimos. Abandonamos el GR a la altura de la Canal de St. Jeroni y subimos hacia arriba hasta la font de la Teula.
Salimos de la canal por un paso equipado, hasta reencontrarla un poco más arriba. La canal se bifurca, tomamos la derecha, marcas azules poco visibles. Todo este trayecto resulta incómodo y antipático. Atentos a mano derecha a encontrar las primeras equipaciones de la Teresina. Si seguimos de frente nos habremos pasado de largo y llegaremos a las cadenas del la Canal del Mejillón.



La vía se inicia en la canal del Mejillón, por un paso equipado con una grapa serrada, buen indicador del inicio y una cadena. Después encontramos un paso encajonado entre grandes bloques, esta vez equipado con grapas y cadenas. Posteriormente, encontramos un puente nepalí muy corto, que no es sino una variante del recorrido original.
Después de subir por un plano inclinado, llegamos a un puente natural de roca y a uno de los pasos más aéreos de la vía. Bien equipado quedamos suspendidos encima de la canal del Mejillón y podemos contemplar el inicio de la vía y la paralela canal de St. Jeroni.

Superado este resalte avanzamos con la ayuda de cadenas por un tramo inclinado pegados a la pared. Llegamos a una pequeña cima y podemos contemplar, las paredes frontales de Montserrat y la pared de Santa Cecíla.


 El camino gira 180 grados y nos lleva hacia una pequeña canal equipada con cadenas y numerosas grapas hasta llegar a la cima de Santa Cecília. Hemos recorrido la mitad de la vía y podemos contemplar a lo lejos el Mirador de Sant Jeroni y la estrecha chimenea por la que afrontaremos el paso más difícil. Desde aquí sólo decir que impresiona... En la cima de Santa Cecília podemos instalar un rapel de 20 metros o destrepar por una instalación de mini-grapas, más fácil de lo que parece.



 Para seguir en la vía continuamos de frente subiendo por un estrecho camino y superamos varios planos inclinados con la ayuda de cable. Finalmente llegamos a través de una canal deteriorada por las lluvias a la chimenea final. Quizá el tramo más complicado se encuentra al principio, equipado con una cadena. Después subimos con la ayuda de mini-grapas y con grandes grapas a medida que la chimenea se abre.


Llegamos al final de la vía, exhaustos, por un estrecho corredor que sube directo al mirador de Sant Jeroni. Con estas vistas se nos hace difícil pensar que hemos subido por tan escarpada ladera con profundas canales y paredes verticales.



















http://deandar.com/ferratas/via-ferrata-teresina


viernes, 18 de mayo de 2012

Montañas chipriotas.... o como Ryanair te hace ir a sitios que ni tu sabías que querías ir.





No creo que me haya planteado nunca ir a Chipre. O al menos, que me lo haya planteado con más intensidad que ir a Sevastopol o a Alpedrete. Pero un puente en Mayo y 100€ de billete consiguieron que nos diéramos una vuelta por la que es la tercera isla más grande del Mediterráneo, superada por Cerdeña y Sicilia (segunda y primera respectivamente).


Una de las grandes cosas que tiene viajar, es que aprendes. Un aprendizaje que es de primera mano, que lo ves, hueles y sientes. Oímos griego, mucho griego. Vimos un muro que separa Nicosia en dos (¿Quién sabía que aún existen muros de Berlín en la Europa del Euro?). Sentimos el frescor de la montaña y el olor de los pinos. Y cuando aprendes así, nunca lo olvidas.



Siguiendo la línea del blog, no queda más remedio que hablar de montaña. Porque Chipre, tiene montañas con nieve, pistas de esquí y bosques exóticos de pino, plátanos, castaños de indias y algún Quercus cuya especie no hay por nuestras latitudes. Es un país predominantemente montañoso con dos cadenas de montañas: Pentadáctilos, en el norte, y Troodos, en el suroeste, que culmina en el pico del Monte Olimpo (1.952 m). 



En la cumbre del Olimpo hay un poco decorativo radar de la OTAN. No obstante varias rutas de diferente longitud y dureza serpentean por el Troodos.  



Nosotros subimos al Mte Olimpo en coche (llega una carretera hasta la cumbre), tras recorrer un montón de kilómetros por carreteras desiertas entre montes de pinos extensísimos. 


 Para estirar un poco las piernas, hicimos una ruta que desciende un precioso valle hasta unas cascadas (Caledonia). 


El País tiene muy interesantes ruinas Romanas, asentamientos neolíticos y ciudades muy coquetonas. Nicosia, la capital, decepciona un poco. Según nos informaron, existen alguno de los mejores pecios del mundo para bucear, como el Zenobia.