El mal tiemp, no es buen compañero de la montaña. Pero, si al igual que un despiste al orientarnos, a menudo nos depara agradables sorpresas, en esta ocasión descubrimos una zona de los Alpes que, de no haber sido la única con buen tiempo en agosto, no habríamos visitado.
El Macizo del Mont Blanc,
el Valais, los Ecrins… ¿Quién no ha oído hablar de ellos? Sin embargo, el
Parque Nacional de Mercantour, como mucho, nos sonará por las etapas del Tour
de France. Su modesta altitud (Mont Gelas, 3.143 m), la ausencia de glaciares y
la no existencia de “facilidades” turísticas, como los teleféricos, lo han
mantenido en el anonimato. Al menos para los no franceses.
El área protegida
comprende una superficie de 685 km², que consiste en una zona central
deshabitada rodeada de siete valles —Roya, Bévéra, Vésubie, Tinée, Var/Cians,
Verdon y Ubaye.
Un poco de logística.
Hay varios accesos al
parque. Nosotros elegimos Barcelonette, pero podríamos elegir otros: El parque
estaría limitado por esta ciudad, Digne les Bains, Entrevaux, Breil sur Roya y
Tende. De Barcelona a Barcelonette (tiene gracia), hay 700 Km de buenas
carreteras (7h30’).
La red de campings y
zonas para campers es, como siempre en Francia, magnífica. Hay que recordar que
no puede pernoctarse en la furgo en el interior del parque. Una vez en la
montaña, contaremos con una buena cantidad de refugios, en general acogedores y
muy bien situados.
Lugares que visitamos.
Barcelonette
Como dijimos, es la
puerta de acceso al parque que elegimos. Sorprendentemente, esta ciudad tiene
unos fuertes vínculos con Mexico.
En el S. XIX, fueron muchos los vecinos de este pueblo alpino los que decidieron buscar fortuna en la, por entonces, colonia española. Y, a juzgar por los palacetes y caserones que construyeron a su regreso, la encontraron.
En el S. XIX, fueron muchos los vecinos de este pueblo alpino los que decidieron buscar fortuna en la, por entonces, colonia española. Y, a juzgar por los palacetes y caserones que construyeron a su regreso, la encontraron.
Allos
20 Km al sur de la
ciudad, se encuentra el Col d’Allos de 2.250 m de altitud, y desde el cual
comenzamos a tomar conciencia de las montañas en las que nos encontramos. Tanto
por su altura, como por su aspecto, nos recuerda muchísimo a Pirineos.
Algo más al sur, se
encuentra la ciudad de Allos, y a 10 Km de ésta el precioso Lac d’Allos.
Aprovechamos las últimas luces del día para realizar una pequeña excursión hasta el lago, y de paso, echar un vistazo a la montaña a la que nos disponíamos subir al día siguiente.
Aprovechamos las últimas luces del día para realizar una pequeña excursión hasta el lago, y de paso, echar un vistazo a la montaña a la que nos disponíamos subir al día siguiente.
Mont Pelat (3.051m)
La primera parte del
camino es común con la que hicimos el día anterior, dejándolo tras unos 15 mn
(izquierda). El sendero está muy bien señalizado, indicando en los puntos clave la dirección que debemos tomar para ascender al monte.
Al abandonar el bosque de
alerces (es la confiera que más abunda en Mercantour) las vistas se hacen
grandiosas, con el lago ya bien debajo de nuestros pies. La roca caliza se hace
cada vez más presente, y atravesamos pedreras en suaves zigzags. Los últimos
metros están bastante empinados.
Las vistas son
magníficas. Aparte del lago, puede verse el macizo de los Ecrins y el
espectacular monte Viso, ya en Italia.
Hemos tardado 2h 45m en superar
los 900 m de desnivel. Como todavía tenemos energía, tomamos el desvío que
lleva al Col de la Petite Cayolle.
Las vistas al pequeño
lago homónimo son muy chulas, pese a que hay mucha gente. Bordeamos el lago y
al poco se hace visible el Lac de Garet, tambien pequeñito.
El Pas de Lauson tiene
unas espectaculares vistas del lac d'Allos. Ya andamos algo cansados y
agradecemos llegar de nuevo a la ya conocida pista del lago.
Desde el Mont Pelat hasta
el parquing hemos superado 315 m de desnivel y bajado 1.200. Hemos tardado 3h45m,
13 Km.
Excursión a los Lagos Lignin
En un folleto informativo
que nos dieron en la oficina de turismo, se incluía la ruta a los Lagos Lignin.
Lo describían como un paisaje que recordaba a las estepas mongolas. Más por
curiosidad que por otra cosa, decidimos realizar esta ruta.
Dejamos el coche en Pont
de la Serre,1633m. Es necesario superar una pista por 45 minutos. Continuamos,
ya caminando, unos 15 m hasta un puente, "la Lance". Al ser una
excursión circular, podemos elegir en ese punto hacerla en uno u otro sentido.
Nosotros ascendemos por la izquierda, pero habría sido preferible al revés
(derecha).
Se sigue por una pista, y
se atraviesan algunas granjas donde deberemos extremar las precauciones con los
perros pastores, unos auténticos macarras. La pista, se hace hago larga, pero
finalmente se transforma en un sendero que, poco a poco, va ganando altura, atravesando
paisajes cada vez más salvajes.
Tras comer algo,
superamos un escalón que nos deja sobre un plató de paisaje sorprendentemente
mongol, con grandes praderas y cimas redondeadas.
Seguimos los hitos hasta
los lagos Lignin. Los últimos metros, los realizamos calculando la trayectoria
de un nutrido rebaño de ovejas y sus consabidos perros. El paisaje, sin ser
espectacular, es curioso, y recuerda a las estepas de Asia central.
El regreso lo hacemos por
la margen izquierda del río Lance. En los primeros kilómetros, exaspera un
poco, ya que apenas pierda altura, pero después lo hace, y con ganas. Llegamos
al parquing con unas enormes ganas de poner los pies en el rio, deseo que
satisfacemos inmediatamente.
L 18,5 Km
D+ 690 m
T 5h
Guillaumes y el Cañón de Daluis
Ponemos rumbo a
Guillaumes, a través del Col de Ratery (hay zonas interesantes de esqui de
fondo) y el Col de Champs.
Después, hacia Entraunes, donde nos informan con mucho detalle en la oficina de tursimo. El tiempo no es bueno, así que evitamos el Col de la Cayole y en su lugar vamos a Guillaumes.
Hasta aquí hemos perdido mucha cota, y eso se nota en la vegetación y el calor. El pueblo es coqueto, y dispone de un área para RVs, no demasiado agradable. Hay una fortaleza en la parte alta del pueblo, el Palace de la Reina Janne, que le otorga cierto ambiente. Está en proceso de restauración, pero pese a ello, el paisaje es majo y merece la pena el paseo.
Después, hacia Entraunes, donde nos informan con mucho detalle en la oficina de tursimo. El tiempo no es bueno, así que evitamos el Col de la Cayole y en su lugar vamos a Guillaumes.
Hasta aquí hemos perdido mucha cota, y eso se nota en la vegetación y el calor. El pueblo es coqueto, y dispone de un área para RVs, no demasiado agradable. Hay una fortaleza en la parte alta del pueblo, el Palace de la Reina Janne, que le otorga cierto ambiente. Está en proceso de restauración, pero pese a ello, el paisaje es majo y merece la pena el paseo.
Desde el pueblo, vamos al
cañón de Daluis. El paisaje es muy sorprendente. La carretera es muy estrecha y
pasa varios túneles labrados en la roca.
Hacemos una ruta al Poin Sublime. El paisaje es mucho más africano que alpino, con una roca muy roja que nos recuerda a Etiopia. La ruta es bastante corta,
Hacemos una ruta al Poin Sublime. El paisaje es mucho más africano que alpino, con una roca muy roja que nos recuerda a Etiopia. La ruta es bastante corta,
De Entrevaux a Saint Etienne de Tiene.
Continuamos hacia
Entrevaux, que resultó una gran sorpresa.
Se trata de un pequeño pueblo amurallado con una ciudadela en la parte superior que dejamos para otro momento debido al calor que estaba haciendo.
Se trata de un pequeño pueblo amurallado con una ciudadela en la parte superior que dejamos para otro momento debido al calor que estaba haciendo.
En el pueblo hay una ruta
con los puntos más destacados, que merece dedicarle 30 minutos a realizarla.
La catedral, no hay que perdérsela.
Continuamos por las Gorges
de Cian, empezando por las inferior.
Antes de entrar en las superiores, nos desviamos por una carretera muy estrecha y con muchas curvas para llegar a Lieuche, con vistas impresionantes del valle. La iglesia estaba cerrada, pero la guía indica que es muy bonita.
Antes de entrar en las superiores, nos desviamos por una carretera muy estrecha y con muchas curvas para llegar a Lieuche, con vistas impresionantes del valle. La iglesia estaba cerrada, pero la guía indica que es muy bonita.
Continuamos hasta Beuil, que
tiene una bonita iglesia. Tras superar un Col, bajamos a Roubion, el cual nos
recuerda a Castellfollit. En el descenso, nos diluvia, por una carretera
estrecha y con muchas curvas (es decir, una carretera cualquiera del
Mercantour).
Por ultimo, vamos a Saint Etienne de Tinee. Es un pueblo muy acogedor, y hay una zona gratis para camperas junto al rio. Allí pasaremos la noche.
Por ultimo, vamos a Saint Etienne de Tinee. Es un pueblo muy acogedor, y hay una zona gratis para camperas junto al rio. Allí pasaremos la noche.
Mont Tenibre, (3.031m)
Dejamos la furgo junto a
la oficina de turismo cercana al puente que cruza el Tinee. Allí comienza el
sendero que asciende hasta el Refuge de Rabuons, donde pasaremos la noche.
El camino (1160 m) está
perfectamente marcado, y asciende suavemente por un denso bosque de alerces. En
algún hueco (no hay muchos) alcanzamos a ver el pueblo, el cual lo vemos ya
bastante más abajo.
Resulta un poco aburrido,
ya que hasta los 2.000 m aproximadamente es bosque cerrado y la visibilidad es
muy limitada.
A la salida del bosque,
ya es visible el refugio. El último tramo discurre sobre una canalización de
agua que nos recuerda mucho a el Cami dels Ingenyers de Nuria. Es prácticamente
plano.
El Refugio de Rabuons,
esta, como todos los que hemos visto en el Mercantour, en un lugar de vistas
privilegiadas. Se encuentra a 2.535m y dispone de tal solo 36 plazas, lo que le
hace muy acogedor.
La subida desde el pueblo
supone superar un desnivel de 1.340 m y una distancia de 10,2 Km . Tardamos
unas 5 horas. Como no teníamos suficiente con el paseo, vamos a un cerro
cercano para ver el paisaje (160 m más de propina). A medida que avanza la tarde,
el tiempo va empeorando, pero no llega a llover.
Cenamos estupendamente, y
hablamos con unos franceses que viven en Niza. Esta gente lo tiene todo: viven
a nivel del mar, con un clima fantástico, y tienen toda la roca que quieren
para practicar la escalada deportiva. Y los Alpes a algo menos de dos horas. Si
además tienes pasta (como era el caso), ¿puedes pedir muchas más cosas a la vida?
Nos levantamos a las
6.45, para desayunar a las 7:00. Hay niebla, y previsiones de lluvia a partir
de las 14. Comenzamos la ruta hacia el Mont Tenibre, de 3.031m.
El camino a partir del
lago desaparece prácticamente, ya que son todo canchales. Voy siguiendo los
hitos, los cuales facilitan el avance en este caos de roca. En el Pas de Raubons (2.872
m) se toma la pedrera que sale a la izquierda, siguiendo puntos de pintura roja.
Hay algún paso estrecho, pero sin dificultades, justo antes de la cumbre. Hay
dos cruces en la cumbre.
El plan es descender hacia
el Lac du Fer. Para ello, hay que seguir los puntos rojos, que nos dirigen, de
forma muy abrupta, atravesando alguna canal. No los sigo mucho más, y a partir
de allí hay que ir buscando los hitos que mejor convenga para ir en dirección
al Lac du Fer. Una vez allí, encontraremos más trazas de sendero e hitos.
Continúo hasta el Lac
Petrus, muy pequeñito, y después por otro sendero que, finalmente, va a dar con
el camino de subida. Contando con el ascenso al pico, 580 m de subida, 1.923 de
bajada, en total unas 5 horas.
Hacia Turmoux
Llegamos a las 13 horas y
parece que de momento no va a llover, así que decidimos hacer ruta hacia el Col
de la Bonnette, el paso más alto de Europa en carretera. La carretera hasta allí
es fantástica, sin olvidar que tiene mucha curvas.
Desde el Col de 2802 mts, es posible ascender al pico con
su mismo nombre, de 2862 mts. Pocas veces tan pequeño esfuerzo genera
semejantes recompensas. Las vistas son muy abiertas, y hay visibilidad en 360º.
Descendemos hacia
Jausiers. Por toda esta zona, abundan los bunkers (forts para los franceses)
que fueron construidos en los años 30 y que son parte de la Línea Maginot.
Desde Jausiers partieron
los primeros misioneros franciscanos a Mexico, lo que genero un vínculo con
este país, al igual que sucede con Barelonnette. Hay varias mansiones indianas.
Región de fortalezas y bunkers.
Realizamos una corta
excursión para ver el fuerte Tournoux. No optamos por la visita guiada, porque
son 2 horas y en francés, pero seguro que es muy interesante. El Fuerte
inferior está a 1500mts y el superior a
1650 mts.
Paramos en Saint Ours.
Caminamos hasta el fuerte (bunker) Fort de Saint Ours Haut. Justo en ese
momento esta saliendo una visita guiada a través de su puente levadizo.
Desafortunadamente, no hay plazas para las siguientes horas y nos quedamos con las ganas. Tras comer algo, tiramos hacia Italia, por el puerto de Larche. Tomamos un expresso, y descendemos hacia la parte italiana. A los pocos kilometros, volvemos a subir hacia el Puerto de Lombarda. Antes de llegar a él, nos desviamos al Santuario de Santa Ana, un lugar de peregrinación que nos han recomendado. La iglesia es muy rara. Para empezar, tiene mucha pendiente. Pero lo que más sorprende es que las paredes están llenas de cuadros y fotos de gente que ha tenido accidentes y ha salido "por los pelos", y que de esta forma dan las gracias a la Santa.
Desafortunadamente, no hay plazas para las siguientes horas y nos quedamos con las ganas. Tras comer algo, tiramos hacia Italia, por el puerto de Larche. Tomamos un expresso, y descendemos hacia la parte italiana. A los pocos kilometros, volvemos a subir hacia el Puerto de Lombarda. Antes de llegar a él, nos desviamos al Santuario de Santa Ana, un lugar de peregrinación que nos han recomendado. La iglesia es muy rara. Para empezar, tiene mucha pendiente. Pero lo que más sorprende es que las paredes están llenas de cuadros y fotos de gente que ha tenido accidentes y ha salido "por los pelos", y que de esta forma dan las gracias a la Santa.
En el paso de Lombarda
hace un frío de cuidado. Un poco más abajo, nos paramos a ver un bunker. Puede
entrarse, y da bastante mal rollo.
La carretera baja hasta
Isola 2000, una estación de esquí, que parece muy concurrida para ser verano.
Continuamos haciendo
curvas hasta Isola, luego la carretera mejora hasta que nos desviamos a St.
Martín de Vesubie, y de allí a Belvedere. Pasamos la noche en el parking desde
donde se va al Refugio de Nice.
Mont Clapier (3.051 m)
A las 9 salimos hacia el
refugio de Nice. El camino sube suavemente, pero sin pausa. Es un paseo de 2h
15m, y 550 m de desnivel, unos 6 Km.
El refugio, de 54 plazas, se encuentra a 2.235 m, y es muy agradable. Los dormitorios son pequeños, y tiene unas zonas comunes muy acogedoras. El personal también nos resultó muy majo.
El refugio, de 54 plazas, se encuentra a 2.235 m, y es muy agradable. Los dormitorios son pequeños, y tiene unas zonas comunes muy acogedoras. El personal también nos resultó muy majo.
Como todavía es pronto,
decidimos ir hasta los lagos de Caplier.
El camino no está señalizado, y es muy agradable. Vimos sarrios.
El camino no está señalizado, y es muy agradable. Vimos sarrios.
Los lagos (son dos, muy
pequeños) están a 2.540 m. Aunque esta algo nublado por encime de los lagos,
decido intentar el Mont Clapier, de 3.051 m. No hay camino, y todo el recorrido
discurre por un enorme canchal granítico.
A veces, resulta
complicado localizar los hitos. En la parte superior, está muy tapado, y en la
cumbre no se ve prácticamente nada. Hago un par de fotos (por hacerlas), y
desciendo por el mismo camino. Al perder unos cientos de metros, todo se
despeja y la cumbre se encuentra sin una nube….
El Mont Caplier, no
resulta una montaña especialmente bonita. Más bien lo contrario, pero supongo
que las buenas vistas (de las que no pude disfrutar) hacen que merezca la pena.
Hemos tardado 3h 45 m, y
superado 885m con una distancia de 7,2 Km.
El Val des Merveilles
Comenzamos el día con el
ascenso al paso de Baisse du Basto (2.693m). En un principio, el camino es
aceptable, pero tras pasar el último lago nos adentramos en unas extensas
pedreras que nos acompañan los últimos 300 m de desnivel.
El sendero está bien balizado
(el GR 52), pero el terreno no facilita las cosas. El descenso se realiza por
la cara SE, y eso se nota en la mayor estabilidad de la ladera. Sin llegar al
Lac du Basto, se comienza el segundo ascenso del día, la Baisse de Valmasque
(2.549 m), mucho más llevadera y corta que la Baisse du Basto.
El descenso se realiza
por el Val des Merveilles, famoso por los gravados neolíticos. Se trata de una
zona arqueológica muy protegida, aspirante a patrimonio de la humanidad.
Llegamos al Refuge des Merveilles (2.111 m), que resulta mucho menos acogedor
que los anteriores.
Nos apuntamos a una
visita guiada por el valle. La guía la realiza en inglés. En ella nos explica
el significado que, supuestamente, tienen los petroglifos, así como otros
grafittis posteriores. Sin contar con la visita guiada, hemos caminado unas 6
horas, 12,2 Km y 680 m de desnivel.
El nombre del valle “de
las Maravillas”, puede llevar a engaño. En francés, el término “maravilla” (al
igual que en castellano) tiene un matiz oscuro: de aquello que es extraordinario,
pero no necesariamente bello o amigable.
Lo que es más interesante
del valle, es el hecho de que, debido al efecto llamada, pueden verse
inscripciones grabadas en la roca que abarcan desde el neolítico hasta nuestros
días.
El descenso hasta el
aparcamiento lo realizamos por Pass de l’Arpette.
Todo el camino está salpicado (en verano) de arándanos y frambuesas.
Todo el camino está salpicado (en verano) de arándanos y frambuesas.
En total, son algo más de
7 Km, 380 m de desnivel positivos y 800 negativos.
Con esta excursión
finaliza nuestro pequeño viaje por el Mercantour, sus montañas, pueblos y estrechas
carreteras. Nos quedamos con ganas de ir al Mont Viso (en Italia) y nos proponemos
regresar algún día en invierno, para darnos alguna esquiada por sus pistas de
fondo.