domingo, 21 de julio de 2019

Monte Olimpo. Ascensión a la morada de los Dioses.

Según la mitología griega, el Monte  Olimpo es la morada de los Dioses. Creían que en las cumbres del monte había construidas mansiones de cristal en las que moraban las deidades helénicas, presididos por el mismísimo Zeus.




Que no íbamos a encontrar dioses, era algo que sospechábamos. Pero de lo que no teníamos ni la más remota idea, es de la belleza exótica de estas montañas.



Para situarnos: El Olimpo, forma parte de los Balcanes. De hecho, sus 2.919 m de altura, la convierten en la su segunda cumbre más alta de esta cordillera, sólo 6 metros menor que el Musala de Bulgaria.


Se encuentra entre las regiones griegas de Tesalia y Macedonia, es reserva natural griega desde 1938 y patrimonio natural de la Unión Europea desde 1981, en su categoría de reserva de la biosfera. Su cercanía al Mar Egeo (18 Km en línea recta), y su gran altitud, la confieren un clima húmedo que permite la presencia de especies tan atlánticas como las hayas.

Como llegar allí.

La forma más práctica, es volar a Tesalónica, donde podemos encontrar ofertas muy interesantes.


Una vez allí, lo más habitual es alquilar un coche y conducir hasta la población de Litochoro, donde se establece el CB. Dispone de una buena oferta hotelera y gastronómicas.

Aproximación al Refugio “A” Agapitós

La ruta que elegimos fue la normal, que puede realizarse desde el mismo Litochoro, a 290 m de altura (representa un gran desnivel y distancia), o bien desde Prionia, un parking situado a 1.100 m.


Una vez allí, puede acometerse en una única y dura jornada, o hacer noche en el Refugio “A“ Spílios Agapitós. Nosotros elegimos la versión más fácil: desde Prionia, pasando la noche en Agapitós.


Ya en Prionia nos empezará a sorprender el espeso bosque atlántico que crece en las faldas del Olimpo. Abetos y hayas, dominan este paisaje calizo. Sólo el cercano Mar Egeo nos devuelve a la realidad del lugar donde nos encontramos.


El camino es excelente, y sube de manera muy gradual. Atravesamos algunos rastros de avalancha, que nos muestran que esta montaña, en invierno, no es para tomársela a broma.


Tras 2h 45m de caminata, se llega al Refugio Agapitós, a 2.100 m de altura. Hemos salvado un desnivel de 978m.


El refugio, consta de varios edificios, y da techo hasta a 110 personas. Tiene servicios de comida, y una zona de camping en su entorno. Es bastante económico (11€ federados, 13€ no federados, media pensión), y es conveniente reservar con antelación. Toda la información, en su web.


Como el día es largo (estamos en julio), aprovechamos para caminar un rato por la tarde. Tomamos el camino que va al Refugio “C” Kakalos, y cuyo comienzo es común con el camino que lleva a la cumbre.


Finalmente, la cosa se nos fue algo de las manos, y estuvimos cerca de la cumbre.


Para hacer esta ruta de tarde circular, regresamos por otro camino precioso que pasa, a media ladera, al este de la cumbre. Este camino, o zona (no lo tengo muy claro), recibe el nombre de Zonaria.


Tuvimos la suerte de ver algunos rebecos, de la subespecie balcánica. Son muy parcidos a los del Pirineo, quizás algo más claros.

Ascensión al Monte Olimpo

Nos levantamos lo antes posible, teniendo en cuenta que el desayuno lo dan algo tarde (7:00). Comenzamos a caminar a las 7:45. Tomamos la “sendaporndondevatodoelmundo”, marcada como E4.


Este camino lleva directamente hasta una de las cumbres del Mte Olimpo, Skala (2.866 m). A unos 2.500 m de altitud, hay una división: podemos optar por subir a Skala directamente, o bien continuar hasta el Oeste, hacia Agios Antonios.


Nosotros elegimos la primera opción, la cual sube, a partir de este punto, con una buena pendiente. Todavía no toca el sol, y la verdad es que hace bastante fresco.


Una vez en Skala, puede verse la cumbre más alta del Monte Olimpo, la punta Mytikas, de 2.917m.


Allí nos queda claro que es una cumbre “bien defendida”: pese a la poca diferencia en altitud, resulta, a todas luces, mucho más complicada. ¿Resistiremos la tentación de intentarla? No llevamos nada de material, ni siquiera un casco, pero es una cumbre muy atractiva, de esas a las que es difícil dejar de lado y volver sin ni siquiera intentarla.


Tras las fotos de rigor, decidimos tomar rumbo oeste, para ascender a la segunda cumbre en altitud del macizo, Skolio (2.911 m). Con sólo 7 m menos en cota, su temperamento es igual de manso que Skala, y en dos zancadas estamos arriba.  Desde Skolio, es posible descender por Agios Antonios, y evitar volver exactamente por el mismo lugar... El problema es que Myticas está ahí mismo, y nos llama.


No podemos evitar la tentación y volvemos a Skala. Desde la misma cumbre, se desciende por mal terreno, hasta una travesía algo empinada.


Durante todo el trayecto encontraremos seguros (parabolts) cada pocos metros. En general, todo el trayecto es fácil pero bastante expuesto. El uso de casco es más que recomendable, dado que hay bastantes grupos guiados e inexpertos que son proclives a lanzar piedras accidentalmente.


Encontramos bastante gente en la cumbre, todos ellos contentos de la ascensión. Ratificamos que los griegos son gente abierta y simpática.


El descenso y posterior ascenso a Skala, lo hacemos con mucho cuidado. Desde allí al refugio, donde tomamos un pequeño refrigerio, y del tirón, a Prionia.


Toda la jornada ha implicado 5h 45’ (en movimiento), y un desnivel de 1.185 m



domingo, 23 de junio de 2019

Los dos mejores day hikes en las Rockies canadienses

Cuando pensamos en las Rocosas Canadienses, imaginamos enormes extensiones de bosques, montañas, glaciares y osos por todas partes.




Pues bien, si esa es la imagen que tienes de Canadá, !Enhorabuena¡, estás en lo cierto.


TREKKING EN LOS PARQUES NACIONALES DE BANFF Y JASPER.



Son los dos Parques Nacionales más famosos de las rocosas canadienses, y motivos no faltan. Se trata de dos zonas protegidas diferentes, que sin embargo, bien pueden englobarse en una única, debido a su continuidad geográfica y paisajística.

Las posibilidades en cuanto a actividades en la montaña son ilimitadas, tanto en invierno como en verano. Debido a la duración de nuestra visita, preferimos "picotear" en diferentes zonas, realizando recorridos cortos, antes que invertir mucho tiempo en una o unas pocas rutas. Sin embargo, una de las actividades más interesantes que pueden realizarse, es la travesía de varios días, ya que nos permite adentrarnos en lugares realmente salvajes y aislados.


Hemos escogido dos recorridos que pueden realizarse en una única jornada, "day hikes", que por su belleza y envergadura, fueron los que más nos gustaron. Realizamos otros cuantos, los cuales se describen en nuestro otro blog.

PARADISE CREEK & GIANT STEPS TRAIL



Este interesante recorrido, se encuentra en Banff National Park, en la zona de Lake Louise. Como en casi todos los senderos, encontraremos un parquing con lavabos y paneles informativos en el trail head. En este caso, se encuentra en la carretera de Moraine Lake.

Este day hike remonta el Paradise Valley, pasando por Annette Lake, hasta una formación rocosa conocida como "Giant Steps", la escalera del gigante. Pero, como en tantas ocasiones, es el camino y no el destino final lo que realmente disfrutamos de este precioso trek.


En el pequeño parking solo hay unos 10 o 15 coches, y vemos a unos hikers que salen justo al llegar nosotros. El recorrido es algo largo, en el argot local, challenging. Los primeros kilómetros son bastante suaves, por un camino ancho.


A unos pocos cientos de metros, un cartel indica el grado de riesgo de toparse con un grizzli. En caso de que sea alto, es obligatorio viajar en grupos de 4 personas como mínimo, y si no se cumple, multa asciende  la friolera de de 5.000 $. La presencia de osos es un factor a tener muy en cuenta a la hora de planificar y efectuar cualquier actividad al aire libre en esta zona.


No tardamos mucho en encontrarnos con algo que nos hace replantearnos la caminata. Unos excrementos que no sabemos de qué pueden ser, pero que seguro no son de cabra, caballo, u otros tipos de animales que conocemos… ¿Como cagan los osos?. Continuamos, tomando las precauciones necesarias, y que básicamente pasan por hacer mucho ruido.

Vemos una perdiz nival. A la bajada, tendremos un encuentro más bizarro.


Hay hasta 3 puentes de madera que cruzan el Paradise Creek, y en todos ellos las vistas de las montañas son impresionantes, destacando el Mount Temple, de 3.544m. Tiene bastante nieve, y eso se traduce, en esta época del año, en frecuentes y ruidosos desprendimientos.

Al poco de pasar el tercero de los puentes, se enfila, con algo más de pendiente, hacia Annete Lake, que se encuentra a unos 1.970 m. Las vistas desde el lago son impresionantes.


Tomamos un refrigerio, y continuamos la ruta hacia el SE, por terreno algo empinado.


Encontramos algunos neveros y terreno parcialmente inundado. Nada que dificulte la ruta, tan sólo la incomoda un poco. Nos cruzamos con la pareja que salió antes que nosotros, ya cerca de Giant Stairs, una sucesión de pequeñas cascadas que dan aspecto de escalera.


La “escalera” en sí misma no es nada espectacular, pero el entorno sí que lo es, y mucho. De un lado, la cadena que forma el Mt Aberdeen y el Mt Mitre, y, de la otra parte, el fabuloso Mt Temple.


Tomamos el bocata con unas vistas más que envidiables.

El regreso lo hacemos por el mismo camino. Avistamos un bicho francamente raro (y feo), que al principio nos pareció una marmota (pero tres veces más grande), luego, un castor de cola peluda, pero que finalmente resultó ser un puerco espín. Muy raro…



Existe la posibilidad de ascender al Saddle Pass, una vez pasado (de regreso) el Annete Lake, y cerca del puente más cercano a dicho lago. El camino nos dejaría en Lake Louise. Nosotros, optamos por dejarlo para otra ocasión.


Distancia 20,5 Km
Desnivel + 660m
Tiempo 6h

CORY PASS



El segundo recorrido que hemos seleccionado es el Cory Pass. Como indica su nombre, este day hike nos llevará al paso Cory.

El camino comienza cerca de la entrada sur al Bow Valley, y hay muy pocos coches cuando llegamos.


El primer Km transcurre por un bosque abierto de abedules, en el cuan vemos un mule deer que da unos graciosos saltitos para nuestro regocijo.


Pasado este primer Km de paz y tranquilidad, comenzamos a ascender por un empinado camino. Se gana altura rápidamente, a costa de dejarnos los higadillos en la subida.


Se alcanza la arista, que se encuentra a unos 1.900 m. Han sido 500 m de ascenso bastante duro.


Desde ese punto, se divisa ya el paso, así como el camino que discurre a media ladera, en las faldas del monte Edith.


Continuando por la cresta (una loma poblada de árboles), en la cual hemos de superar un pequeño resalte.

Algo más adelante, deberemos destrepar otro pasaje rocoso, algo más largo, pero sin dificultad.
La segunda mitad del recorrido es más tendido, y transcurre por un sendero, en ocasiones muy estrecho, en el que atravesamos algún nevero.


Una vez en el paso, que se encuentra nevado, las vistas son impresionantes, especialmente la del imponente Mt. Loius


Nuestro plan inicial era hacer el recorrido circular que, rodeando el Mt Edith, desciende por el valle paralelo al que hemos tomado para el ascenso. Sin embargo, la posible presencia de nieve, y el desconocimiento de cómo sería el sendero, nos aconseja volver sobre nuestros pasos. Unos caminantes que nos encontraríamos después nos informaron de que el camino se encontraba en perfectas condiciones.


Durante el descenso, tomamos conciencia de lo empinado que está el camino en su primera parte.
Regresamos al coche contentos, sin que nos hayamos tropezado con osos (ni con nada).

Distancia  12,5 Km
Desnivel+  1030 m
Tiempo  5h


domingo, 5 de mayo de 2019

Las Calanques, entre el mar y la urbe.

La primera vez que supe de la existencia de Las Calanques, fue en el libro de Gaston Rebuffat "Etoiles et tempetes". Rebuffat fue uno de los mejores alpinistas de todos los tiempos, y ha firmado, además de la primera ascensión a un ochomil, la mayoría de las escaladas clásicas en los Alpes. Por eso me sorprendió que el alpinista del Jersey bonito se iniciará al mundo vertical en Marsella. Concretamente, en Las Calanques.



La respuesta es inmediata cuando se alcanza el Col de Cortiou. A un lado, un intrincado y escarpado macizo kárstico. Al otro, y a muy pocos metros, la enorme ciudad de Marsella


El macizo de Las Calanques es una zona caliza escarpada situada entre Marsella y Cassis, de unos 20 Km de longitud y 4 de ancho. En él se conjugan armoniosamente el mar y la montaña, creando preciosas calas que recuerdan a los fiordos (las denominadas "Calanques")


Además de la escalada en roca, este Parque Nacional es un lugar espectacular para el senderismo, y cuenta con una red de caminos sorprendentemente grande para su tamaño. Sólo una cuestión en su contra: la cercanía de Marsella provoca una enorme presión humana que se traduce en masificación, rocas pulidas y restricciones en verano como consecuencia de los incendios forestales.


El viaje lo realizamos en mayo, entre semana, por lo que no tuvimos problemas ni de masificación ni de restricciones.

Hicimos tres rutas, suficiente para hacerse una idea de cómo es la zona.

MEJEAN


Este bonito puerto, se encuentra al Este de Marsella. En él hicimos una primera toma de contacto con una pequeña caminata junto al mar.


CALLELONGE


Situado en el sur de Marsella, este pequeño pueblo fue el punto de partida de un variopinto y entretenido recorrido circular.

En este enlace puede verse el recorrido en 3D

El sendero GR98 discurre paralelo a la costa (este), y por lo pulido de las rocas dedujimos que es muy transitado durante los fines de semana o en periodos vacacionales.


Las vistas al mar, con los islotes cercanos de Jarre y y Maire, son preciosas.


Dejamos el GR-98 para tomar el que aparece marcado como 5 y 5a, que desciende hasta casi llegar a la costa. Aunque perfectamente marcado (al igual que toda la red del parque), éste resulta bastante más entretenido y "salvaje". Un buen sitio para hacer algún pasito de boulder.


Es necesario pasar algún tramo con pasamanos, que no reviste dificultad.


Encontramos un destrepe equipado con cable que, aun no siendo difícil, requiere algo de atención. Es el Pass du Benitier.


Un poco después, enfilamos al Col de Cortiou. Desde este paso, puede accederse (este) a una de las Calanques más conocidas, la de Sormiou. Nosotros tomamos dirección contraria (sendero 1, marcado en azul), ganando gradualmente altura (oeste), y aproximándonos a la cresta que separa el mar de Marsella.


Es en esta zona donde se aprecia la cercanía de la gran ciudad, y nos hace comprender tanto las restricciones como lo pulido que está todo.


El paisaje es bastante árido, típico de las zonas kársticas. Se asciende al Sommet Ouest de l'Homme mort (374m) y a la cima de Marseille veré (434m), punto culminante del recorrido.


Desde este punto, comenzamos el descenso, que nos lleva al Pass du Pin, otro destrepe interesante.
La última dificulta es la escalera del gigante (escalier des geant), otro destrepe muy vertical, pero con unos oportunos apoyos.


Pasamos por el Coll Bouvier, para llegar finalmente a nuestro punto de partida.


Tardamos (muy tranquilo) 5 horas en recorrer los 15 Km y 770 m de desnivel de esta ruta. En este enlace puede consultarse el track y descargarlo.

CASSIS


En Cassis se encuentran algunas de las Calanques más conocidas y (por tanto) recorridas del macizo.

Es sábado, mayo, y prevemos que muchos marselleses tendrán ganas de darse el primer chapuzón del año o de pasear aprovechando el buen tiempo. Así que, toca madrugar…


Dejamos la furgo en Cassis. El recorrido (GR 98-51) que hemos planificado es de los más clásicos, y recorre tres bellas Calanques.

Acceso: Desde Cassis, hay que ir hacia la Calanque de Port-Miou (unos 30 minutos andando). Después hay que bordear la antigua cantera de Port-Miou y seguir el camino que, después de una colina, desciende hacia Port-Pin., hasta la Calanque d’En Vau,


Tras la Calanques de Piou, que cumple la función de puerto, se accede a la de Port-Pin.


Finalmente, se llega a la tercera calanque, la Calanque d'en Vau, una especie de fiordo mediterráneo de aguas turquesas. Espectacular.


El regreso lo hacemos por el interior (Plateau de Calderon). A estas horas, comienzan a acceder hordas de bañistas.

EN RESUMEN

Las Calanques resulta una zona bella y original. Su extensísima red de senderos, permite trazar infinidad de recorridos, muchos de los cuales presentan alguna dificultad "técnica", y, por lo que hemos leído, a veces es conveniente llevar un cordino para rapelar.


No imagino como será en los meses estivales o en periodos vacacionales… pero todo parece indicar que es un infierno. Por ello, tocará buscar fechas diferentes a éstas, en las que, con toda seguridad, podremos disfrutar de este paraíso en (relativa) soledad.

Merece la pena comprar un buen mapa, ya que los recorridos están codificados por colores, y facilita mucho la orientación.