Este
año, trasladamos la ruta masoka a tierras Palentinas. Quizás menos
ambiciosa que en otras ocasiones,teníamos el aliciente del descenso por
la cara norte del Espiguete y una barbacoa de regreso a casa. Al final,
el tiempo (el del reloj y el que moja), se dio al traste con el plan
inicial. Van dos años seguidos... esperemos que sea el último!!
Primera parte: Espigüete (2.451m)
Salimos
de Espinosa de Villagonzalo Jose, Javier y yo. Una vez en el
aparcamiento que da acceso a la cascada de Mazobres y a la arista Este
del Espi, nos encontramos con Borja. Para cuando comenzamos a caminar,
son ya las 8:45.
La ruta gana altura rápidamente por la arista, primero
por terreno algo descompuesto, y según avanzamos por roca. Se superan
varios escalones de este gigante calizo, incluyendo algún destrepe
fácil. La arista es cada vez más estrecha, y los arañazos de crampones
en la roca nos indica que por aquí va una entretenida ruta invernal.
En
verano, este recorrido no presenta problemas, si bien se puede ‘apurar’
progresando por la cresta permanentemente. La roca es excelente.
A
las 2h30’ de comenzar, llegamos a la cumbre. Las vistas de picos (con
bastante nieve), y del resto del circo de Fuentes Carrionas, son
espectaculares.
Contactamos por radio (sorprendentemente) con el resto del grupo (Ester, Miquel y Toñi) que han ido a Peña Prieta.
Comienza
el descenso, indudablemente más ‘salvaje’ que el ascenso. Retrocedemos
unos metros por la arista, y tomamos el caminlillo (desaparece
enseguida) que se interna por la cara Norte.
La
cara Norte del Espigüete es una clásica escalada invernal clasificada
como PD, y que resulta muy entretenida. En verano, la cara Norte es una
pedrera muy empinada en la que aún quedan neveros.
Atravesamos
algún ventisquero, con mucha precaución, ya que la nieve está bastante
dura y un resbalón nos dejará más que magullados para este verano.
Sorteamos los vestigios de neveros, que defienden aún en Julio la reputación de la cara Norte.
Ya por pedrera, alcanzamos el sendero a la altura de la cascada de Mazobres. De ahí, un cómodo sendero nos devuelve al coche.
En total han sido 4h30’ de caminata, con 1.150 m de desnivel positivo acumulado.
Segunda parte: Pozo de las Lomas.
El
tiempo ha ido empeorando a medida que ba
jamos. Cogemos el coche y vamos
a Cardaño de Arriba, donde todavía está la máquina de Coca Cola con recubrimiento de celosía que vi
en 1994, tras subir al Espi por primera vez...
Contactamos
por radio con el otro grupo: está granizando por ahí arriba. Pese a
ello, tiramos. El sendero es muy agradable, y el paisaje
sorprendentemente húmedo en comparación con la mole caliza que acabamos
de subir.
De
camino decidimos cambiar Peña Prieta por el cerro del Tío Celestino. Un
poco más arriba, rebajamos aun más las expectativas y ascendemos tan
solo a Pozo de las Lomas (2.100 m). Pese a ello, no nos llueve a la
bajada. En total, 3h 30’ y otros 800 m de desnivel.
Ya al calor de la barbacoa, el cual se agradece deberas, fantaseamos sobre las próximas ediciones de esta clásica. El vino y la compañía nos hace animarnos a destinos lejanos y retos ambiciosos. El Etna y el Mauna Loa son los más mencionados. Sin duda es el vino (... eso espero).
