El fin de semana pasado, hicimos la decimo segunda Sanjuanada. Nos pasamos de ambiciosos, teníamos la autoestima demasiado alta, no hicimos bien las cuentas... pero el caso es que en esta ocasión no cumplimos con el objetivo previsto.... ¿O sí?.
Teniendo en cuenta la idea inicial, desde luego que nos quedamos bastante lejos. Pero no todo son objetivos deportivos. Sin duda, el haber podido repetir tras 12 años esta reunión de amigos, que se reúnen con la ilusión de ejecutar un recorrido bello y exigente, es el mayor éxito que cabe esperarse. Falto Borja, uno de los más fanáticos seguidores de estas absurdas palizas, y seguro que no fue por falta de ganas. Esta vez, fuimos el incodicional José Ángel, Javier, Miquel y servidor.
El recorrido que nos planteamos inicialmente es el siguiente: La Farga - Refugi de Coma de Vaca - Bastiments - Pic de l'Infern - Olla de Nuria - Puigmal. Sobre el mapa, largo. Sobre el terreno, larguísimo.
La Farga - Bastiments
Salimos a las 6:30 de La Farga (1150 m), remontando el Riu Freser hasta el Refugi de Coma de Vaca (1.995 m), situado en un precioso ensanche del valle. Allí hacemos una paradita, y continuamos hacia el Coll de la Marrana. No vemos muy lógico el trazado del GR11 y tiramos a saco hasta el Collado de les Comes de Malinfern (2.705 m). No era nuestra intención llegar aquí, pero no hay problema. Se sube al Bastiments (2.883 m) y listo.
Bastiments - Coll d'Eina
Todo el camino ha soplado viento, pero al llegar a la cresta, la agradable brisa se torna ventarrón. Hace sol (menos mal), pero las ráfagas dificultan la marcha, la hacen desagradable. Seguimos, enfundados en lo que cada un lleva en la mochila, ya por la línea de crestas. Pico Freser, Pic de l'Infern, Noucreus y de l'Eina.
Desde ese punto, ya se tiene una buena perspectiva de lo que nos queda. No tardamos mucho en decidir que ya está bien de Sanjuanada y nos bajamos por el collado de l'Eina. Hasta Nuria, nos hemos metido 2600 m de desnivel.
Tras una involuntariamente rápida bajada a Nuria, algunos nos animamos a continuar hasta Fontalba, donde el resto ha dejado los coches. Son 200 metrillos más, que terminan de justificar las butifarras que nos zampamos en Vic.
