Cada vez que abríamos la tienda, lo primero que veíamos era la gran pared Oeste de la punta Fiames (2.240m). Y cada vez que la veíamos nos preguntábamos cómo hicieron los aperturistas para superar sin gran dificultad (3-B) los 1000 m de desnivel que separan mi saco de dormir de la cumbre.
Una vez
lavada la cara y con la mente algo más despejada mirábamos de nuevo. Y, aunque
complicado y, sin duda audaz, sí, por allí puede ir una ferrata sin demasiada
dificultad.
El
camino comienza en el Hotel Fiammes, a sólo 3 Km de Cortina d’Ampezzo y a unos
800 m del camping Olimpya donde nos alojábamos. Un camino bien señalizado es el
responsable de aproximarnos a la ferrata. Los primeros 200 m de desnivel son
salvados por el senderillo que serpentea por terreno rocoso. Y allí arriba, la
imponente presencia de la tapia.
Una vez
en la base de la pared, nos ponemos el equipo y comenzamos a caminar (derecha)
por una terraza amplia con matorral de pino (Pinus uncinata). Se tarda un
ratillo hasta alcanzar el primer resalte.
La
ferrata es discontínua, intercalándose pasajes equipados con caminatas a través
de terrazas en el medio de la pared.
La
sensación de verticalidad es notable, sobre todo cuando nos fijamos en el
camping o en el campo de fútbol.
La
escalada es sencilla, pudiéndose apurar mucho sin tocar el cable. Algunos
estribos, barras y una escalera de gato nos permiten superar los pasajes más
complicados.
A la
cumbre se llega tras unas 2,5 horas de escalada, y después de superar 600 m de
irregular ferrata.
¿No habría sido mejor destrepar todo?... Sin duda, no es la opción más
factible, pero seguro que, en esos momentos, la más apetecible,
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